En un rincón escondido del norte de Nepal, más allá del rugido de las multitudes y bajo la sombra mística del Manaslu, se extiende el Valle Tsum, un santuario de espiritualidad, belleza natural y cultura tibetana intacta. El senderismo en este valle sagrado es más que una caminata: es un peregrinaje interior, un viaje hacia lo antiguo, hacia lo puro, hacia lo esencial. Cada paso que se da entre sus montañas parece abrir una puerta al pasado, donde la armonía aún reina entre los humanos y los dioses.
El sendero comienza en el mismo punto de partida del Manaslu Circuit, pero pronto se desvía hacia el este, internándose en un mundo completamente distinto. A medida que se asciende, el valle se abre como un cuenco sagrado entre montañas. Los pueblos como Chumling, Chhokang Paro y Nile conservan un estilo de vida que ha cambiado poco en siglos. Aquí, el tiempo se mide por las oraciones del monasterio y los pasos de los yaks. Los viajeros no solo caminan por paisajes sublimes, sino por un territorio espiritual vivo.
A lo largo del camino, se visitan antiguos monasterios como Mu Gompa y Rachen Gompa, donde los monjes y monjas saludan con serenidad y comparten sus enseñanzas con humildad. Las paredes de las casas están decoradas con mandalas y símbolos tibetanos, los muros mani recitan mantras tallados en piedra, y el murmullo del viento parece susurrar antiguas bendiciones. El Valle Tsum, cuyo nombre significa “valle viviente de compasión”, es un verdadero refugio para el alma.
El paisaje es simplemente sobrecogedor: bosques de pinos, ríos cristalinos, praderas alpinas y las cumbres nevadas del Ganesh Himal y el Himal Chuli custodiando el horizonte. Sin la presión de los circuitos más comerciales, el senderismo aquí se disfruta con calma, con pausa, con contemplación. Se camina no solo para avanzar, sino para estar, para mirar, para sentir. Y esa es una de las magias del Tsum: que invita a ir más lento para descubrir más profundamente.
El senderismo en el Valle Tsum es una experiencia super fantástica para quienes buscan autenticidad, silencio, y una conexión genuina con el paisaje y sus gentes. Aislado, sagrado y sereno, este valle es uno de los tesoros mejor guardados del Himalaya nepalí. Ideal para combinar con el Circuito de Manaslu o como una aventura independiente, el Tsum deja una huella imborrable en quienes lo caminan. Aquí no solo se ascienden montañas: se asciende también en comprensión, en gratitud y en paz.
