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Trekking a Los Tres (3) Pasos más Altos del Everest en Marzo y Abril

Embárcate en una travesía inolvidable por los tres pasos más altos del Everest: Kongma La (5,535 m), Cho La (5,420 m) y Renjo La (5,360 m). En marzo y abril, disfruta de paisajes impresionantes, cielos despejados y rododendros en flor mientras exploras el corazón del Himalaya. Una experiencia desafiante y transformadora.

Trekking a los Tres (3) Pasos Más Altos del Everest: Donde el Cielo Abraza la Tierra

En la región del Everest, donde las montañas se elevan con majestad sobre el horizonte, el trekking a los tres pasos más altos – Kongma La (5,535 m), Cho La (5,420 m) y Renjo La (5,360 m) – es un viaje épico a través del corazón del Himalaya. Este sendero, desafiante pero glorioso, entrelaza paisajes impresionantes, pueblos remotos y una conexión espiritual con las montañas, que parecen custodiar secretos milenarios.

La Puerta de Entrada: Lukla a Namche Bazaar

Tu aventura comienza con un vuelo a Lukla (2,860 m), donde una pista de aterrizaje al borde de un precipicio marca el inicio de un viaje inolvidable. Desde Lukla, el sendero serpentea a través del valle del río Dudh Koshi, atravesando puentes colgantes adornados con banderas de oración.

El primer gran desafío llega con la ascensión a Namche Bazaar (3,440 m), el bullicioso corazón comercial de la región del Everest. Aquí, rodeado de vistas del Kongde Ri (6,187 m) y el Thamserku (6,623 m), los trekkers descansan y aclimatan, preparándose para las alturas mayores que los esperan.

El Primer Reto: Kongma La (5,535 m)

Desde Namche, el camino conduce a Dingboche (4,410 m), un tranquilo asentamiento rodeado de vastos campos de cebada y paredes de piedra. Es aquí donde te preparas para el cruce del primer paso, Kongma La, un portal hacia lo sublime.

El ascenso al Kongma La es empinado y exigente. A medida que te elevas, el paisaje se transforma: los verdes valles dan paso a un mundo árido, salpicado de glaciares y picos nevados. Al alcanzar la cima (5,535 m), las vistas son extraordinarias. El Lhotse (8,516 m), el Nuptse (7,861 m) y el Ama Dablam (6,812 m) dominan el horizonte, y al fondo, el Everest (8,848 m) se alza como el rey de todas las montañas.

El descenso hacia Lobuche (4,940 m) es lento, dando tiempo al cuerpo para adaptarse al aire enrarecido. El glaciar Khumbu, con sus grietas y morrenas, se extiende como un río helado, recordándote la naturaleza cruda y poderosa del Himalaya.

El Camino hacia el Cho La (5,420 m)

Desde Lobuche, el sendero avanza hacia Dzongla (4,830 m), un pequeño asentamiento situado al pie del paso Cho La. Aquí, la mañana siguiente comienza temprano, ya que el cruce del Cho La requiere paciencia y determinación.

El ascenso es un mosaico de terrenos: rocas sueltas, glaciares helados y pendientes escarpadas. Al llegar a la cima (5,420 m), la recompensa es monumental. Rodeado de montañas, sientes que has entrado en un reino reservado solo para los valientes. El Cho La te ofrece una vista cercana del Cholatse (6,440 m) y el Lobuche East (6,119 m), mientras el viento frío acaricia tu rostro.

El descenso hacia Thangnak (4,700 m) y luego hacia Gokyo (4,800 m) es un alivio bienvenido. Gokyo, con sus lagos turquesa y su entorno sereno, es un paraíso escondido en las alturas.

El Esplendor de Gokyo Ri y el Renjo La (5,360 m)

Antes de enfrentar el último paso, una ascensión al Gokyo Ri (5,357 m) ofrece vistas inolvidables. Desde esta cima, el panorama abarca los majestuosos picos del Everest, Cho Oyu (8,188 m), Makalu (8,485 m) y otras montañas que se alzan como guardianes eternos del Himalaya.

Con energías renovadas, el camino te lleva hacia el Renjo La (5,360 m), el paso final. Aunque menos técnico que los anteriores, el Renjo La es igualmente impresionante. Al alcanzar su cima, una vista espectacular del Everest y el valle de Gokyo se despliega, una imagen que parece sacada de un sueño.

El descenso hacia Marlung (4,210 m) marca el inicio del regreso, pero también el comienzo de una reflexión profunda sobre la magnitud del viaje.

Marzo y Abril: La Primavera en el Himalaya

El trekking a los tres pasos más altos del Everest en marzo y abril es un encuentro con la primavera en las montañas. Los rododendros florecen en los valles más bajos, mientras los cielos permanecen despejados, ofreciendo vistas cristalinas. Las temperaturas oscilan entre los -10 °C y -20 °C en las noches a mayor altitud, mientras que los días son frescos y agradables, con una temperatura promedio de 5 °C a 15 °C.

Un Viaje Transformador

Este trekking no es solo un desafío físico; es un viaje espiritual. A medida que cruzas los tres pasos, te enfrentas a tus límites y descubres una fuerza interior que nunca habías conocido. Cada paso te acerca a la esencia misma de la vida: la simplicidad, la belleza y la conexión con la naturaleza.

En los pueblos, los lugareños te reciben con sonrisas cálidas y tazas de té caliente. Las banderas de oración ondean en los pasos de montaña, llevando tus deseos y esperanzas al viento. Y cuando finalmente regresas a Namche y luego a Lukla, el Everest permanece en tu corazón, no solo como una montaña, sino como un maestro que te ha enseñado lecciones eternas.

Altitudes y Ritmo del Alma

Desde los 2,860 m de Lukla hasta los 5,535 m del Kongma La, el trekking a los tres pasos más altos del Everest es un testimonio de resistencia y admiración por la naturaleza. Es un viaje que no solo mide la distancia recorrida, sino también la profundidad de tu transformación interior.

Cuando el avión desciende en Katmandú, llevas contigo más que recuerdos. Llevas el eco de los Himalayas, el susurro del viento en los pasos y la certeza de que, una vez en las montañas, nunca vuelves a ser el mismo.

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Trekking al Campo Base del Mardi Himal y Ghorepani Poon Hill en Marzo, Abril


Explora la magia del trekking al Campo Base del Mardi Himal y Ghorepani Poon Hill en marzo y abril. Disfruta de rododendros en flor, vistas panorámicas de los Himalayas y amaneceres inolvidables desde altitudes que alcanzan los 4,500 m. Una experiencia única entre naturaleza y cultura en Nepal.

Trekking al Campo Base del Mardi Himal y Ghorepani Poon Hill en Marzo y Abril: Un Viaje entre Sueños y Nubes

En el corazón de Nepal, donde la tierra se alza para tocar el cielo, una sinfonía de montañas, bosques y culturas llama a los aventureros. El trekking al Campo Base del Mardi Himal y Ghorepani Poon Hill, especialmente en los meses de marzo y abril, es un viaje de mil paisajes, de senderos adornados por la primavera y cielos despejados que revelan los Himalayas en todo su esplendor.

Primeras Huellas: Pokhara a Kande

Tu travesía comienza en Pokhara (820 m), la ciudad junto al lago Phewa, donde las montañas se reflejan como espejismos en el agua. Desde aquí, un corto trayecto en vehículo te lleva a Kande (1,770 m), el punto de partida de tu trekking. El aire fresco se mezcla con la emoción, y los primeros pasos son suaves, llevándote por un sendero que atraviesa terrazas agrícolas y pequeños asentamientos donde la vida fluye al ritmo de la naturaleza.

Hacia el Refugio Forestal: De Kande a Forest Camp

La ascensión a Forest Camp (2,550 m) es un viaje a través de un reino verde, donde los rododendros, floreciendo en tonos rojos y rosados, tiñen el paisaje como un lienzo primaveral. Las aves cantan melodías que acompañan tu ritmo, y cada paso se siente como un retorno a lo esencial.

Por Encima de las Nubes: De Forest Camp a High Camp

De Forest Camp, el sendero serpentea hacia Low Camp (3,150 m) y finalmente High Camp (3,580 m). La transición del bosque a los prados alpinos es mágica. En marzo y abril, el aire está impregnado con el aroma de la tierra húmeda y las flores silvestres. Desde High Camp, las vistas del Mardi Himal (5,587 m) y el imponente Machapuchare (6,993 m), también conocido como la “Cola de Pez”, son de una majestuosidad indescriptible. Aquí, al borde del mundo, las montañas parecen susurrar secretos ancestrales al viento.

El Campo Base del Mardi Himal: Tocando el Cielo

El ascenso al Campo Base del Mardi Himal (4,500 m) es desafiante pero profundamente gratificante. El sendero se abre a paisajes dramáticos, donde los picos nevados se levantan como guardianes celestiales. A esta altura, el aire es más delgado, y cada respiración se convierte en un acto consciente, una meditación en movimiento. Al llegar al campo base, una sensación de logro y humildad te envuelve. Rodeado por las cumbres que parecen tocar el cielo, encuentras una conexión íntima con la grandeza de la naturaleza.

El Camino hacia Ghorepani y Poon Hill: Un Viaje a la Luz

De regreso a Low Camp, el trekking se dirige hacia Landruk (1,565 m) y luego Ghorepani (2,874 m). El paisaje cambia nuevamente, llevándote a través de pueblos pintorescos y campos dorados por el sol. Ghorepani, enclavado en medio de bosques de rododendros, es un refugio acogedor que anticipa el amanecer mágico en Poon Hill.

En la madrugada, el ascenso a Poon Hill (3,210 m) es una experiencia transformadora. A medida que el sol emerge en el horizonte, sus rayos dorados iluminan la cadena de los Annapurnas, el Dhaulagiri y el Machapuchare. Es un espectáculo que deja sin palabras, una pintura viviente que quedará grabada en tu memoria para siempre.

La Primavera en Marzo y Abril: Un Templo de Colores y Vida

Marzo y abril son meses ideales para este trekking. Los rododendros están en plena floración, cubriendo los senderos con alfombras de pétalos, mientras el clima fresco y seco ofrece cielos despejados para disfrutar de vistas panorámicas. Las temperaturas oscilan entre los 10 °C y 20 °C en altitudes bajas, mientras que en las partes más altas pueden descender a -5 °C durante la noche.

Altitudes y Ritmo del Corazón

El trekking te lleva desde los 820 m de Pokhara hasta los 4,500 m del Campo Base del Mardi Himal, con un punto culminante en Poon Hill a 3,210 m. A medida que asciendes, el ritmo de tu corazón se alinea con el pulso de las montañas, recordándote la belleza de lo simple: un paso, una respiración, un latido.

Un Viaje al Alma

El trekking al Campo Base del Mardi Himal y Ghorepani Poon Hill no es solo un recorrido por paisajes impresionantes; es una peregrinación al alma. En cada paso, descubres la intersección de la naturaleza y la espiritualidad, donde las montañas no son solo rocas y nieve, sino símbolos de resistencia, serenidad y eternidad.

En este viaje, llevas contigo no solo recuerdos de cielos infinitos y flores en llamas, sino también un profundo respeto por la tierra y sus gentes. Y cuando finalmente regreses a Pokhara, sabrás que las montañas han dejado una marca indeleble en tu corazón, una melodía que susurra: “Regresa”.

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Trekking al Campo Base del Everest, Alojamiento y Comidas

En el sendero del cielo: un viaje al Campo Base del Everest

El aire en Katmandú (1,400 m) lleva consigo un zumbido de posibilidades, como si el viento supiera que estás a punto de emprender una odisea hacia el corazón del Himalaya. Entre mercados bulliciosos y templos antiguos, los preparativos para el viaje se sienten como un rito sagrado. Pronto, un vuelo corto pero inolvidable te lleva a Lukla (2,860 m), donde una pista de aterrizaje abrazada por montañas marca el inicio de tu travesía. La emoción palpita en cada paso, mientras el mundo moderno se queda atrás, y el sendero se convierte en tu nuevo horizonte.

Días iniciales: el ritmo del valle del Dudh Koshi

Desde Lukla, el sendero desciende suavemente hacia Phakding (2,610 m), donde el río Dudh Koshi fluye como un hilo plateado entre bosques de rododendros y pinos. Aquí, el murmullo del agua se convierte en tu banda sonora, un recordatorio constante de la serenidad y la fuerza de la naturaleza. El segundo día te lleva hacia Namche Bazaar (3,440 m), un ascenso que pone a prueba tus piernas pero recompensa con vistas que desafían las palabras. Las primeras miradas al Everest y a los picos vecinos, como el Thamserku (6,608 m), te llenan de asombro. Namche, con sus coloridas casas y su mercado vibrante, es el corazón de la región de los Sherpas, un refugio donde las leyendas del Everest se cuentan al calor del té tibetano.

Alturas que inspiran: aclimatación en Namche

El día de aclimatación en Namche no es un día de descanso, sino una oportunidad para conectarte aún más con las alturas. Tal vez subas hasta el Hotel Everest View (3,880 m), donde el Everest, el Lhotse y el Ama Dablam parecen saludar desde su trono de nubes. Cada respiración aquí se siente más deliberada, un recordatorio de que la altitud no solo pone a prueba el cuerpo, sino también la mente. Sin embargo, la majestuosidad del paisaje siempre compensa.

El llamado del Ama Dablam: hacia Tengboche

El sendero hacia Tengboche (3,860 m) se abre como un portal a otro mundo. A través de bosques de enebros y puentes colgantes, el camino asciende y desciende, cada paso una conversación con la montaña. Tengboche es hogar de un monasterio sagrado, donde las banderas de oración bailan con el viento llevando mensajes de esperanza al cielo. El Ama Dablam (6,812 m), con su forma perfecta y su mística presencia, se erige como guardián del lugar. Aquí, al atardecer, las montañas parecen encenderse con un resplandor dorado, un espectáculo que conmueve hasta las fibras más profundas del alma.

Las tierras altas de Pangboche y Dingboche

Más allá de Tengboche, el paisaje se vuelve más austero, pero no menos impactante. Pangboche (3,985 m) ofrece un vistazo a la vida tradicional de los Sherpas, mientras Dingboche (4,410 m) marca tu entrada a las verdaderas tierras altas. Aquí, el aire es más delgado, pero las vistas se expanden como un océano de picos nevados. Los días de aclimatación son esenciales; una caminata hasta el mirador de Nagarjun (5,100 m) ofrece una panorámica inolvidable del Makalu, el Lhotse y, por supuesto, el Everest.

Hacia Lobuche: un silencio reverente

Dejando Dingboche, el sendero asciende hacia Lobuche (4,940 m), pasando por el memorial de los escaladores caídos en Thukla Pass (4,830 m). Este lugar sagrado, donde piedras grabadas honran a aquellos que perdieron la vida persiguiendo la grandeza, te envuelve en un silencio reverente. Lobuche, una aldea pequeña y humilde, se convierte en tu hogar temporal. Aquí, las noches son frías, pero las estrellas brillan con una intensidad que parece casi sobrenatural.

El clímax: Gorak Shep y el Campo Base

El último tramo hacia Gorak Shep (5,164 m) es un desafío que el alma supera antes que el cuerpo. El sendero serpentea entre glaciares y morrenas, cada paso una mezcla de esfuerzo y anticipación. Desde Gorak Shep, el Campo Base del Everest (5,364 m) se encuentra a solo unas horas de distancia, pero la caminata es un viaje en sí misma. Al llegar, no hay monumentos grandiosos ni señales de victoria, solo carpas de colores brillantes y la inmensidad del glaciar Khumbu. Sin embargo, el Campo Base es mucho más que un lugar; es un símbolo del espíritu humano, un recordatorio de que incluso las metas más elevadas son alcanzables.

El amanecer en Kala Patthar: el momento cumbre

Antes de que el sol despierte, te embarcas en la subida a Kala Patthar (5,545 m), el punto más alto de tu viaje. El frío es penetrante, pero el esfuerzo vale la pena. Cuando los primeros rayos de luz tocan la cima del Everest (8,848 m), el mundo parece detenerse. La vista desde aquí no solo captura montañas; captura la esencia de lo sublime, ese sentimiento indescriptible de estar frente a algo más grande que la vida misma.

El regreso: un adiós lleno de gratitud

El descenso te lleva de vuelta a las aldeas que conociste en tu ascenso, pero algo ha cambiado. El sendero, los ríos, los picos, e incluso el aire parecen más familiares, como viejos amigos que despiden con afecto. Desde Namche hasta Lukla, cada paso es un tributo a las experiencias vividas y a las montañas que te permitieron ser su huésped. Al final, el vuelo de regreso a Katmandú cierra el círculo, dejando recuerdos que perdurarán como un eco en el corazón.

Conclusión: un viaje hacia lo eterno

El Trekking al Campo Base del Everest no es solo una caminata; es una peregrinación al alma misma del Himalaya. Cada altitud conquistada, cada respiración profunda en el aire delgado, y cada vista majestuosa forman parte de un viaje que transforma. Las montañas no solo te permiten escalarlas; te enseñan a soñar más alto y a vivir con una reverencia renovada por la naturaleza y por la vida misma.

La diferencia entre primavera y otoño en el Trekking al Campo Base del Everest

Primavera y otoño, dos estaciones que envuelven al Himalaya en contrastes únicos, ofrecen experiencias diferentes pero igualmente cautivadoras para quienes se aventuran hacia el Campo Base del Everest.

En primavera, los senderos parecen despertar de un largo sueño invernal. El aire lleva un suave aroma a rododendros en flor, tiñendo las laderas de vibrantes rojos, rosas y blancos. Es la temporada del renacimiento, donde la naturaleza se muestra exuberante y viva. A medida que asciendes, el contraste entre los valles verdes y las cumbres nevadas crea un lienzo perfecto. La primavera también trae días más cálidos y cielos despejados por la mañana, aunque por la tarde, algunas nubes juguetonas pueden danzar alrededor de los picos.

El otoño, en cambio, es un poema de claridad y equilibrio. Tras el retiro de los monzones, los cielos parecen infinitos, de un azul tan profundo que roza lo etéreo. Las montañas, limpias y majestuosas, se erigen como guardianas inmóviles de un reino puro. Los días son frescos y agradables, y las noches, aunque más frías, están adornadas por un manto de estrellas que parece más cercano. Los paisajes de otoño carecen de la exuberancia floral de la primavera, pero su sobriedad dorada evoca una serenidad que toca el alma.

Así, la elección entre primavera y otoño no es cuestión de cuál es mejor, sino de qué narrativa deseas vivir: ¿el vibrante despertar de la primavera o la calma contemplativa del otoño? Ambas estaciones ofrecen una conexión profunda con el corazón del Himalaya, cada una con su propia poesía.

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Trekking en Nepal: Cuándo es la Mejor Epoca

Descubre la mejor época para el trekking en Nepal con nuestra guía completa. Explora los paisajes vibrantes de primavera, los cielos despejados del otoño, la serenidad invernal y los exuberantes valles del monzón. Cada estación ofrece experiencias únicas, desde caminatas floridas entre rododendros hasta aventuras en picos nevados. Conoce las temperaturas, altitudes ideales y las rutas recomendadas para cada temporada, como el Circuito de Annapurna, Campo Base del Everest y Mustang. Ya sea que prefieras cielos cristalinos o la tranquilidad de los senderos menos transitados, esta guía te ayudará a planificar tu aventura en los Himalayas. Elige el momento perfecto para conectar con la naturaleza y vivir el trekking de tus sueños en Nepal.

Trekking en Nepal: La Danza de las Estaciones y las Altitudes

Nepal, un país donde las montañas susurran historias ancestrales y los senderos entrelazan la naturaleza con el espíritu humano, invita a los viajeros a experimentar sus maravillas en diferentes estaciones. Cada época del año en Nepal lleva su propio encanto, y elegir el momento ideal para el trekking depende tanto de las altitudes que se pretenden conquistar como del romance personal con la naturaleza.

Primavera (marzo a mayo): El Despertar de la Vida

La primavera en Nepal es un lienzo rebosante de colores. Durante estos meses, los senderos florecen con rododendros carmesí y rosados que adornan los paisajes, especialmente en regiones como Annapurna y Langtang. Las temperaturas son agradables, oscilando entre los 10°C y los 25°C en altitudes moderadas de 1,000 a 3,000 metros. A medida que se asciende, hacia alturas como el Campo Base del Everest (5,364 m), los días permanecen claros y soleados, aunque las noches pueden ser frías, bajando hasta los -5°C.

Es una época ideal para explorar los grandes clásicos como el Circuito de Annapurna o el Trek al Campo Base del Everest. Los cielos son de un azul puro y las vistas de los picos, como el Ama Dablam y el Machapuchare, se graban en el alma con nitidez cristalina.

Otoño (septiembre a noviembre): El Encanto Dorado

El otoño en Nepal es, sin duda, la estación más popular para el trekking. Tras el monzón, la tierra parece recién lavada y los cielos se extienden despejados, ofreciendo panoramas inolvidables de gigantes como el Everest (8,848 m) y el Kanchenjunga (8,586 m). Las temperaturas son ideales, con días cálidos que rondan los 15°C a 20°C en las rutas medias y noches frescas que descienden a -10°C en altitudes superiores a los 4,000 metros.

Los senderos se llenan de vida y compañía, con aventureros de todo el mundo compartiendo historias mientras atraviesan el Circuito de Manaslu o los serenos valles de Nar Phu. Es la época perfecta para quienes buscan una experiencia intensa de la cultura montañesa, con festivales como Dashain y Tihar añadiendo un toque mágico a la experiencia.

Invierno (diciembre a febrero): El Reino del Silencio

El invierno viste a las montañas de Nepal con un manto de serenidad y soledad. Las rutas por encima de los 3,000 metros, como el Circuito de Langtang o el Lago Gosaikunda (4,380 m), ofrecen una belleza invernal que deja sin aliento. Las temperaturas en altitudes más altas pueden descender hasta -20°C, mientras que en los valles oscilan entre 5°C y 15°C.

Aunque algunos pasos elevados como Thorong La (5,416 m) en el Circuito de Annapurna pueden ser inaccesibles debido a la nieve, las caminatas de menor altitud, como el Trek Real o la región de Chitwan, son opciones acogedoras y tranquilas. Esta temporada es para los buscadores de paz, quienes disfrutan del silencio de los senderos poco transitados y los paisajes monocromáticos de una pureza imponente.

Verano y Monzón (junio a agosto): El Respiro de la Tierra

El verano en Nepal coincide con la temporada del monzón, donde la lluvia convierte los senderos en cascadas vivas y los valles en jardines exuberantes. Las regiones más populares como Annapurna y Langtang pueden estar envueltas en neblina y con senderos resbaladizos, pero áreas de sombra pluvial como Mustang y Dolpo ofrecen refugio.

En altitudes medias, las temperaturas rondan los 20°C a 25°C, con noches que apenas caen por debajo de los 10°C. Las altitudes más altas, aunque menos accesibles debido al clima, adquieren una belleza mística con nubes que juegan al escondite con los picos nevados.

Esta estación, aunque desafiante, es ideal para quienes buscan aventuras menos convencionales y desean conectar profundamente con la naturaleza en su estado más salvaje y fértil.

Elegir la Mejor Época: Un Viaje Personal

Determinar la mejor época para el trekking en Nepal es, en última instancia, una decisión que depende del tipo de experiencia que se desee. Si buscas cielos despejados y condiciones óptimas, el otoño y la primavera serán tus mejores aliados. Pero si prefieres la soledad y un desafío único, el invierno y el monzón pueden revelarte secretos de las montañas que pocos llegan a presenciar.

En todas las estaciones, Nepal se erige como un poema escrito en alturas: desde los suaves valles a 1,000 metros hasta los altivos colosos que rozan el cielo a más de 8,000 metros, cada paso es una línea en la historia de tu viaje, y cada estación una estrofa en el verso eterno de los Himalayas.

1 ¿Cuál es la mejor época para hacer trekking en Nepal?
Las mejores épocas son la primavera (marzo a mayo) y el otoño (septiembre a noviembre). Durante estas estaciones, el clima es estable, los cielos están despejados y las vistas de los picos montañosos son espectaculares.

2¿Qué ventajas tiene hacer trekking en primavera?
En primavera, los senderos están llenos de flores, especialmente rododendros, y las temperaturas son agradables. Es ideal para disfrutar de paisajes vibrantes y días soleados, con temperaturas entre 10°C y 25°C a altitudes moderadas.

3¿Por qué el otoño es tan popular para el trekking?
El otoño ofrece cielos despejados y una visibilidad excepcional. Las temperaturas son ideales, los senderos están en óptimas condiciones, y es el momento perfecto para vistas nítidas de picos como el Everest y el Annapurna.

4¿Es posible hacer trekking en invierno?
Sí, aunque es más desafiante debido a las bajas temperaturas, especialmente por encima de los 3,000 metros. Algunas rutas como el Lago Gosaikunda o el Circuito de Langtang siguen siendo accesibles y ofrecen paisajes invernales únicos.

5¿Qué esperar del trekking durante el monzón?
En el monzón (junio a agosto), los senderos pueden estar resbaladizos y nublados, pero las regiones en sombra pluvial, como Mustang o Dolpo, son opciones viables. Además, los valles se vuelven increíblemente verdes y exuberantes.

6¿Cómo varía la experiencia según la altitud en cada estación?
En altitudes más altas (por encima de 4,000 metros), las noches son frías incluso en primavera y otoño. En invierno, las temperaturas pueden bajar hasta -20°C, mientras que en verano y el monzón las lluvias y la neblina son más comunes.

7 ¿Qué rutas son ideales en cada estación?

Primavera: Campo Base del Everest, Circuito de Annapurna, Langtang Valley. Otoño: Manaslu Circuit, Nar Phu Valley, Gosaikunda.Invierno: Trek Real, Ghorepani Poon Hill.Monzón: Mustang, Dolpo, Annapurna Panorama

8 ¿Qué temperaturas se pueden esperar durante el trekking?

Primavera y otoño: 10°C a 25°C en altitudes bajas; -5°C en altitudes altas.Invierno: 5°C a 15°C en altitudes bajas; hasta -20°C en altitudes altas.Verano: 20°C a 25°C en altitudes bajas; noches frescas en altitudes altas.

9 ¿Es más caro el trekking en temporada alta?

Sí, la primavera y el otoño son temporadas altas, lo que puede aumentar los costos de alojamiento, vuelos domésticos y guías. Sin embargo, la experiencia de trekking en estas estaciones suele ser inmejorable.

10 ¿Qué equipo es esencial para cada temporada?

  • Primavera y otoño: Ropa en capas, protector solar, y botas cómodas.
  • Invierno: Ropa térmica, saco de dormir para bajas temperaturas, y crampones si es necesario.
  • Monzón: Impermeables, botas resistentes

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